Más que un concierto: Amaia construye un universo propio en su primer gran arena en Madrid
En una noche mágica y llena de emociones, Amaia conquistó Madrid con su primer gran concierto en un arena, demostrando que su evolución artística no solo se refleja en su música, sino también en su puesta en escena. Con el Movistar lleno hasta la bandera, la artista presentó su tercer álbum, Si abro los ojos no es real, en un show minuciosamente trabajado, dividido en cuatro actos y acompañado de un equipo de más de veinte personas.
Un espectáculo cuidado hasta el más mínimo detalle
Desde el inicio, Amaia dejó claro que esta era su noche. Emergió al piano desde uno de los tres cubos escenográficos para interpretar Visión, seguida de Tocotó, donde se pudo apreciar cómo sus pasos de baile, antes tímidos, han cobrado mayor seguridad y precisión. La artista navegó entre lo onírico y lo real, con una producción cuidada que supo jugar con la estética minimalista y los momentos de gran impacto visual.
El público, totalmente entregado, coreó las nuevas canciones como si llevaran meses en circulación. Nanai envolvió la sala con su aura misteriosa, C’est la vie fue recibida con entusiasmo, y M.A.P.S. se convirtió en un himno instantáneo. El arpa tomó protagonismo en Ya está, mientras que temas como Auxiliar y Fantasma añadieron una dimensión íntima y emocional a la velada.
La muerte como parte de la fiesta
En un giro inesperado para un concierto de pop, la muerte tuvo un papel central. Amaia recordó a su abuela con Despedida y reflexionó sobre el final de la vida como un evento hermoso, digno de ser celebrado. En un momento simbólico, la artista taconeó sobre una plataforma especialmente llevada al escenario, recordando sus raíces y mostrando que en el norte también saben rendir homenaje a los que se han ido.
Un repertorio que abrazó el pasado y el presente
Si bien la noche estuvo dedicada a su nuevo álbum, Amaia no se olvidó de los temas que han marcado su trayectoria. El relámpago brilló con su espectacular efecto escenográfico, mientras que Quiero que vengas y Quedará en nuestra mente se convirtieron en un karaoke colectivo. Yamaguchi, con su carga nostálgica, y Bienvenidos al show, que cerró el concierto, consolidaron la conexión única de la artista con su público.
Pero el momento de mayor euforia llegó cuando Aitana apareció por sorpresa para interpretar juntas La canción que no quiero cantarte. El público enloqueció, llegando a ahogar la voz de la invitada con sus gritos. Entre risas y complicidad, las dos artistas intercambiaron halagos y bromas, regalando un instante inolvidable a sus fans.

💥 ¡SORPRESA! @Aitanax y @amaiaromero cantan “La canción que no quiero cantarte” en el #MovistarArena de Madrid pic.twitter.com/HAIr42GhRA
— Movistar Arena España (@MovistarArenaEs) February 23, 2025
Con un repertorio propio aún relativamente corto, Amaia llenó el set con versiones cuidadosamente escogidas. Santos que yo te pinte de Los Planetas, Me pongo colorada de Papá Levante y Zorongo gitano pusieron en evidencia su versatilidad y su dominio de la escena. No solo interpretó estas canciones, sino que las hizo suyas, con una presencia escénica cada vez más poderosa.
Amaia, la princesa 2.0
En una industria dominada por tendencias fugaces y listas de éxitos comerciales, Amaia ha logrado construir un universo propio, sin ceder a las presiones del mercado. No necesita estar en Los 40 Principales ni en las playlists de Spotify Éxitos España para llenar un pabellón con más de 15.000 personas. Su identidad artística bebe de influencias tan dispares como Marisol, Los Planetas, C. Tangana o La Oreja de Van Gogh, pero su personalidad es única e irrepetible.
Vestida de rosa, con un maquillaje entre verde y rosa, Amaia lució como la princesa de un cuento de hadas, pero una princesa que solo se pone vestido cuando le apetece. Con su naturalidad, talento y autenticidad, ha demostrado que el verdadero éxito no está en seguir las reglas, sino en romperlas y reescribirlas a su manera.
Anoche, en Madrid, Amaia no solo celebró el amor y la muerte: celebró la vida, la música y su lugar en ella. 💖✨

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