Amaia y su viaje onírico en ‘Si abro los ojos no es real’
Amaia ha lanzado su esperado tercer álbum de estudio, titulado Si abro los ojos no es real, una obra que invita a los oyentes a sumergirse en un mundo de realismo mágico donde la madurez, los recuerdos y las emociones son los protagonistas.
La navarra no elige sus palabras al azar, y el título de su nuevo disco es una declaración de intenciones. Este trabajo es un recorrido por su universo onírico, donde las letras tejen una historia con un principio y un final. Con esta obra, la cantante nos muestra su visión de la transición a la adultez, explorando los cambios internos y externos que ha experimentado desde su triunfo en Operación Triunfo 2017.
Tracklist
1. Visión
2. Tocotó
3. Nanai
4. M.A.P.S.
5. Auxiliar
6. Magia en Benidorm
7. Tengo Un Pensamiento
8. C’est La Vie
9. Giratutto
10. Despedida
11. Fantasma
12. Ya Está
El inicio de un viaje
Desde la primera canción, Visión, Amaia marca el tono del álbum con una frase cargada de significado: «Voy a cruzar un puente largo, no sé si hay alguien esperando». Este verso introduce la temática central del disco: la incertidumbre de crecer y la búsqueda de respuestas.
Con el paso de las canciones, Amaia nos lleva por un recorrido donde revisita su pasado, rinde homenaje a sus influencias musicales y experimenta con sonidos que evocan recuerdos y emociones profundas.
Referencias al pasado y la herencia musical
Uno de los momentos más emotivos del disco llega con Tocotó, un tema que transporta al oyente a la infancia de Amaia y su admiración por Marisol. La canción culmina con un audio de la propia Amaia cantando Un rayo de luz cuando era una niña, dejando claro que la música ha sido un hilo conductor en su vida.
Este regreso al pasado se entrelaza con Nanai, que mantiene la línea rítmica de Tocotó, pero introduce una reflexión sobre la fugacidad de los sueños y la cruda realidad que llega al despertar. Amaia juega con los contrastes sonoros para representar esa transición entre el mundo de los sueños y la realidad.
Diálogo con su madre
Dos canciones que destacan en el álbum son MAPS y Auxiliar, que presentan dos perspectivas de la relación madre-hija. En MAPS, Amaia se dirige a su madre con un tono de excusa y complicidad, reflexionando sobre si serían amigas si tuvieran la misma edad. Por otro lado, Auxiliar responde desde la voz materna, expresando la nostalgia y el amor incondicional de una madre que ve a su hija volar del nido.
Esta dualidad de visiones enriquece el álbum y le añade una dimensión emocional que conecta con cualquier oyente que haya experimentado la distancia con un ser querido.
La adultez y la gestión emocional
A partir de Magia en Benidorm, Amaia deja atrás la inocencia para sumergirse en una exploración de la adultez. En Tengo un pensamiento, la artista se adentra en su mundo interior, desentrañando sus emociones y poniéndoles nombre.
Sin embargo, no todo es claridad en este viaje. C’est la vie refleja la ansiedad y las dudas que surgen al reflexionar demasiado, aunque el estribillo logra encontrar un resquicio de esperanza. Esta canción encapsula la filosofía de aceptar que «todo viene y va y luego nada es para tanto».
El duelo y la memoria
Amaia también aborda el tema del desamor en Giratutto, donde describe con melancolía el proceso de olvidar a alguien. En Despedida, este sentimiento evoluciona hacia la aceptación y la decisión de seguir adelante. Finalmente, en Fantasma, la artista juega con el concepto de la memoria, representando a los recuerdos como espíritus que persisten en nuestra vida.
El cierre de un ciclo
El álbum concluye con Ya está, una canción que resume el aprendizaje y la madurez adquiridos a lo largo del disco. Con un tono poético, Amaia acepta el paso del tiempo y la inevitable transición a la adultez. La línea final, «Podría ser un animal, un pez espada o una paloma, no pensaría en estas cosas, me moriría y ya está», encapsula su reflexión sobre la vida y el deseo de una existencia sin preocupaciones.
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